Pautas para tener en cuenta.
Casi todas las personas pueden asumir responsabilidades que
impliquen la conducción de otras en la medida que tengan la voluntad de
hacerlo. Lo podrán hacer tempranamente en su carrera laboral o en una etapa de
mayor maduración tanto profesional como personal.
Para detectar cualidades de liderazgo en los jóvenes es
necesario analizar con detenimiento la trayectoria de la persona, comenzando
por la etapa de sus estudios secundarios, terciarios o universitarios, además
de evaluar otras actividades o inquietudes.
En mi experiencia como selector de personal he conocido a
muchas personas que no se han destacado particularmente como líderes; sin
embargo, en algún momento de su carrera hicieron un “click” para descubrir que
estaban preparados para asumir mayores responsabilidades.
La actual presidenta de Unilever Argentina, la licenciada en
Ciencias de Computación Laura Barnator, comentó en una reciente entrevista
periodística: “Nunca fui de planificar una carrera, a lo sumo, cuando me
preguntaban dónde me imaginaba estar en diez años, respondía que soñaba en ser Gerente
de Sistemas, pero jamás pensé que podría ser presidenta de nada”.
El liderazgo tiene mucho que ver con el espíritu emprendedor
y ese es otro componente que uno puede tratar de detectar al analizar la
trayectoria de una persona joven.
El deporte es siempre una buena referencia. No hace falta que
haya sido capitán o capitana del equipo: el mero hecho de haber practicado algún
deporte grupal es un buen indicio, porque participar de un equipo le permite a
cualquier persona atenta comprender la importancia de una dinámica grupal para,
una vez trazado un plan, lograr un resultado proyectado. Y en un deporte –bien
entendido– también se aprende a ganar y a perder, de manera tal de estudiar y comprender
las propias fortalezas y debilidades, para luego identificar cuáles pueden
mejorarse y cuáles no.
También sirven como indicios otros intereses y actividades
que la persona puede manifestar y que demuestran un nivel de iniciativa por
llevar adelante un determinado emprendimiento. En una oportunidad me tocó
conocer un joven que durante varios veranos, junto con dos amigos, organizaba
cabalgatas por las sierras de Córdoba para hacer coincidir una actividad
gratificante con la posibilidad de ganar un dinero extra. Era una clara
demostración de un espíritu emprendedor.
Ya sea como estudiantes o durante los inicios de su
actividad profesional, muchos jóvenes se involucran seriamente colaborando como
voluntarios en ONG. Esa es también una señal que indica que esa persona cuenta
con condiciones para ejercer responsabilidades en la coordinación de equipos de
trabajo. Otro indicio es la participación en centros de estudiantes
universitarios o ateneos juveniles de entidades y organizaciones agropecuarias.
Aquellos jóvenes que hacen viajes al exterior en el marco de
programas “work and travel” muestran también su potencialidad como futuros
líderes, dado que el hecho de vincularse con culturas diferentes permite tomar
distancia de la propia para entender otras maneras de organización social.
Los estudios psicotécnicos laborales también nos aportan
información sobre el potencial de liderazgo de una persona. Este aspecto se
investiga con las técnicas que se administran en los psicodiagnósticos, los
cuales, obviamente, deben ser realizados por profesionales competentes.
Una vez se presentó el caso de un joven con mucha energía y
entusiasmo, que demostraba una gran iniciativa; sin embargo, su examen psicotécnico
indicaba –a modo de un llamado de atención– que no tenía capacidades para
liderar un equipo. El cliente decidió, de todas maneras, mantener a ese joven
dentro de la terna, aunque le advertimos sobre los reparos que presentaba el
estudio psicotécnico. Nos comentó que no era inconveniente porque el ingresante
tendría un gran apoyo de la organización y mucho “coaching” de su jefe
inmediato. Consultamos a la psicóloga sobre tal situación y, luego de realizar
una validación del estudio, mantuvo su opinión inicial. Luego de ocho meses de
trabajo, el cliente nos comunicó que habían decidido desvincular al joven en
cuestión porque, debido a su personalidad, “siempre se cortaba solo” y no
lograba ejercer el liderazgo que le habían encomendado.
Por lo tanto, ante todos los indicios y percepciones que
podamos tener de un/a joven para asumir posiciones de liderazgo, lo ideal es
que puedan ser convalidados por un estudio psicotécnico realizado por un
profesional competente y especializado en psicología laboral.