Introducción, por Pablo San Martín, en el libro “Capital Humano, hacia una exitosa gestión del talento en las organizaciones”. 1ra. Nota.
Las
empresas, organizadas bajo alguna forma societaria o como actividades
unipersonales, en cualquier área geográfica y con cualquier actividad, son
entidades biológicas. Es decir que tienen ciclos de vida bastante bien
definidos, con la diferencia frente a cualquier forma de vida conocida, que
pueden lograr la inmortalidad a través de la adaptación al entorno y la
transición generacional.
Este último punto es clave para que una
empresa prevalezca en el tiempo. Porque una característica propia a todas las
empresas es que están formadas por gente, por personas de carne y hueso, que
transmiten a las empresas sus improntas personales, sus sueños, sus temores,
sus desafíos, sus ambiciones, su talento. Al estar los negocios sujetos a los
designios impuestos por las personas, ya que son entidades ficcionales sin vida
propia, es clave que nos ocupemos de esas personas que las integran.
Dirigir una empresa mediana es de por sí,
una verdadera proeza, y las obligaciones cotidianas tienden a eclipsar aspectos
tan importantes como el desarrollo humano de sus equipos, llevando en muchos casos que los empresarios
descuidan este flanco clave: las personas que conforman las empresas. Y cada
una de esas personas son quienes le transmiten a la empresa sus propias
improntas personales, sus sueños, sus temores, etc.
Cómo lograr que ese conglomerado diverso,
de múltiples intereses, se encuentre alineado con los objetivos de desarrollo de
la empresa?
En el libro citado, se irá abordando la importancia y el impacto que tiene la profesionalización del área de Capital Humano, las principales funciones que una pyme no debe descuidar como también la diferencia que existe entre atraer talento y fidelizarlo, analizando distintas estrategias que iremos abordando en futuros artículos.